Cuando los penitentes murmuren a mi paso, les devolveré la mirada, tendré pupilas cuadradas de cabra, llevaré el cáliz de Lucrecia Borgia entre las manos y sonreiré como ella.
No verán las llagas bajo la seda, habré aprendido a controlar los temblores, pareceré firme y alimaña como en una coronación.
Fotógrafa: Lua Quiroga Paúl.
Sesión inspirada en el poemario La habitación de las ahogadas de Alana Portero, editado por Harpo.